Si algo puede definir a nuestros munícipes es su grado de satisfacción. Estar satisfecho para algunos/as es “dormirse en los laureles” porque el trabajo está hecho. Para Manuel Martínez, alcalde de Benalúa y su equipo de gobierno no hay satisfacción que valga. Contento mucho; satisfecho nunca. Porque su insatisfacción significa más ilusión, más ganas, mas esfuerzo si cabe para conseguir más metas, mas objetivos, mas mejoras para los vecinos y vecinas de Benalúa y, por ende, para toda la Comarca accitana que repercutan en un futuro esperanzador en el que sea una realidad que nuestros jóvenes encuentren en su tierra el ansiado porvenir.
Ni más ni menos. Y esa sana insatisfacción a la ciudadanía nos debe llenar de confiada esperanza porque así el trabajo nunca está hecho; la labor de todo alcalde siempre es y debiera ser velar por el bienestar de todos. Y en esta cuestión, Manuel Martínez lo tiene claro: nunca está todo hecho; siempre se puede hacer más. Ahora la consecución del arreglo de una carretera, mañana una piscina, el otro un Centro de Día… Un objetivo conseguido; inmediatamente otro por conseguir. Él lo tiene claro; los ciudadanos/as también. Ese debe ser la labor de todo buen alcalde que se precie. Y el Alcalde de Benalúa solo aspira a eso: ser un buen alcalde que se deje la piel por mejorar la calidad de vida de su gente.
¿Se puede pedir más a un alcalde? Y ¿ahora qué, Sr Alcalde? ¿Qué? Pues más. Siempre más. Ni un solo día sin planificar, pensar en desarrollo económico, mejora de empleo, servicios de calidad para los mayores, calidad y gratuidad en la enseñanza pública… ¡Hay tantas áreas que afectan a la vida de las personas que no se puede dejar pasar oportunidades para mejorarlas!. Por Encarni Pérez